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Alissa Eckert, MSMI; Dan Higgins, MAMS
28 Enero 2022 / Por Irvin Rojas

Comparación de las olas de contagio de covid-19 en México

La variante omicron del virus SARS-Cov-2, causante del covid-19, identificada primero en Sudáfrica, y luego en todos lados, generó preocupación alrededor del mundo desde finales del año pasado por la cantidad de casos identificados y la velocidad de los contagios. Esta variante se caracteriza por ser más contagiosa que el resto de las variantes identificadas anteriormente. La nueva oleada de contagios ocurrió al mismo tiempo que la vacunación contra el covid-19 avanzaba para cubrir alrededor de la mitad de la población mundial, ciertamente de manera desigual entre países y hacia adentro de los mismos. Así, se presenta un peculiar fenómeno, con una gran cantidad de casos al inicio de la denominada cuarta ola de contagios, pero con un crecimiento mucho menos que proporcional de fallecimientos. En este texto presento un análisis descriptivo comparando las trayectorias de casos y fallecimientos entre las cuatro olas de contagio en México.

Usando los datos oficiales de la Secretaría de Salud de casos confirmados de covid-19 al 28 de enero de 2022, suavizados con un promedio móvil de siete días, podemos estimar las fechas de inicio de cada una de las olas de contagio. El promedio móvil permite visualizar la tendencia en la serie de contagios, evitando saltos drásticos hacia arriba o hacia abajo, propio de datos diarios que no se registran y reportan uniformemente el tiempo. Usando una técnica para suavizar la serie (un spline), que permite trazar una curva continua a los datos, se puede inferir los inicios de las oleadas de contagio. Así, estimo que las fechas de inicio de la segunda, tercera y cuarta ola son, respectivamente, el 22 de septiembre de 2020, 14 de mayo de 2021 y 11 de diciembre de 2021. El siguiente gráfico muestra el promedio móvil de los casos diarios e ilustra el inicio estimado de cada oleada.

Es evidente el comportamiento explosivo de la cuarta ola, comenzada en la segunda semana de diciembre de 2021, y que rápidamente sobrepasó todos los niveles reportados de casos nuevos diarios vistos desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, este comportamiento no fue seguido por la trayectoria de los fallecimientos. Esto puede observarse en primera instancia en el siguiente gráfico, que muestra las trayectorias de los casos por cada 100,000 habitantes y los fallecimientos por cada millón de habitantes a lo largo de la pandemia.

Para comparar las oleadas de contagio, podemos definir la fecha del inicio de cada ola como el periodo inicial, y observar las trayectorias de casos y fallecimientos de acuerdo con los días transcurridos desde el inicio de la ola respectiva. Las siguientes dos gráficas muestran el número de casos y del número de fallecimientos, usando el inicio de cada ola como referencia.

La trayectoria de los casos nuevos confirmados al inicio de cada una de las oleadas es muestra del comportamiento de la variante omicron. En el primer día de la cuarta ola se estiman 2,154 casos nuevos confirmados, mientras que para el día 30 de la misma ola se estiman 44,158 casos, es decir, un crecimiento de casi 2,000% (!). Este comportamiento contrasta con lo ocurrido en la segunda y tercera olas de contagio. No obstante, este drástico crecimiento en el número de casos no se correspondió con un incremento proporcional de fallecimientos, como se muestra más adelante.

Por otro lado, analizando de manera análoga las trayectorias de fallecimientos, el comportamiento observado en la segunda, tercera y cuarta oleada de contagio es notablemente diferente. En los tres casos, observamos una reducción de los fallecimientos entre los primeros 15 y 20 días del inicio de la oleada (tiempo en el que los nuevos contagios desarrollan síntomas y su enfermedad evoluciona), para después volver a repuntar. En la tercera oleada, el repunte fue el menos rápido de las tres oleadas analizadas. En la cuarta oleada, con los datos disponibles a la fecha, se identifica un crecimiento acelerado de los fallecimientos, incluso por encima de los niveles observados durante de la tercera oleada, pero lejos de los niveles observados en la segunda oleada.

Una pieza final del análisis comparativo de las trayectorias emplea un índice de casos y un índice de fallecimientos, que toma el valor de 100 al inicio de cada una de las oleadas de contagio. Por tanto, cada índice se interpreta como el cambio porcentual en casos y fallecimientos con respecto al inicio de la oleada respectiva, complementando la descripción de las trayectorias de cifras absolutas presentadas anteriormente. Las diferencias en el crecimiento de los casos con respecto al inicio de la ola respectiva son evidentes también en el índice.

Nótese que el gráfico del índice de fallecimientos revela una importante diferencia con respecto a la segunda y tercera oleada. En la segunda oleada, todavía sin vacunación y apenas unos meses después de la primera oleada, los fallecimientos revirtieron en apenas 10 días su tendencia decreciente. En la tercera oleada, esta reversión de tendencia de fallecimientos tardó mucho más, aproximadamente 45 días para volver a crecer con respecto al inicio de la oleada. En la presente cuarta oleada, el tiempo en que los fallecimientos volvieron a crecer se encuentra en un punto intermedio, unos 25 días, aunque el último dato disponible muestra ya que el número de fallecimientos es cerca de 30% mayor al número de fallecimientos al inicio de esta. En la segunda y tercera oleada, pasaron más de 50 días para alcanzar una cifra de 30% más casos que al inicio de la respectiva oleada. Para alcanzar el 30% de casos más que al inicio, en la cuarta oleada solo pasaron cerca de 30 días.

Vale la pena enfatizar que lo anterior no representa un pronóstico sobre lo que va a suceder con los casos y fallecimientos en el futuro, ni una sugerencia para la relajación de las medidas preventivas. Las trayectorias diferenciadas descritas anteriormente sugieran un papel importante de los programas de vacunación, si bien no para evitar contagios, sí para evitar casos graves, hospitalización y fallecimientos. Sin embargo, no podemos descartar otros factores, como la mejora en los métodos de tratamiento para enfermedades graves y la inmunidad adquirida en la población por infecciones previas. El avance de la vacunación alrededor del mundo es una condición vital para poder balancear el cuidado de la salud de las personas con medidas preventivas y restricciones económicas y a la movilidad que sean cada vez menos disruptivas de la vida cotidiana.

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