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Dossier - Mujeres y feminismos

Las mujeres en la política municipal en México

En México, en las últimas dos décadas se han implementado una serie de reformas electorales que empujan a que un mayor número de mujeres accedan a puestos de elección popular con el fin de eliminar –de manera más rápida– desigualdades de género estructurales que inhiben su participación política. 

La legislación electoral vigente establece la paridad de género en todas las candidaturas, es decir, que el 50% de las candidaturas de todos los puestos de elección popular y de toma de decisión deben ser integradas por mujeres. Si bien el principio de paridad ha aumentado significativamente la representación descriptiva de las mujeres, los resultados obtenidos en las titularidades de las presidencias municipales se encuentran por debajo del espíritu del principio de paridad. Esto se debe a varios factores: 1) la manera en la que se implementa la paridad vertical a nivel municipal, 2) características de los municipios en las que son electas, y 3) la utilización de la violencia de género contra mujeres en política como estrategia para inhibir su participación, entre otros. 

Definitivamente, la paridad horizontal y vertical a nivel municipal ha impulsado la participación política de las mujeres y aumentado significativamente su representación descriptiva. Sin embargo, no se observan los mismos resultados en todos los puestos de elección. Como se puede observar en la siguiente gráfica, si bien ha aumentado el porcentaje de mujeres en las titularidades de presidencias municipales después de la reforma de paridad de género del 2014 y de la reforma de paridad en todo del 2019, el porcentaje de mujeres permanece por debajo del avance observado en otros puestos de elección popular, entre las que se encuentran las diputaciones federales y locales, senadurías, regidurías y sindicaturas.

En 2020, solo el 21.70% de las presidencias municipales las encabezaba una mujer (Sistema de Indicadores de Género-Inmujeres, 2020).

¿Por qué existen estas diferencias?

El avance en el número de regidurías y sindicaturas se explica por la paridad en la integración de planillas. Las planillas que se elijan por el principio de mayoría relativa deben hacerse de manera alternada entre mujeres y hombres. Es decir, si la fórmula postulada (propietario-suplente) para la titularidad de presidencia municipal es de género masculino, entonces la siguiente fórmula que se postule para la sindicatura o para la primera regiduría deberá ser del género femenino, y así sucesivamente. 

Ahora bien, si la planilla municipal funciona como una estructura jerárquica en donde la titularidad de la presidencia municipal es el puesto más alto, pareciera que existe un techo de cristal para las mujeres. En una entrevista, una candidata a presidenta municipal mencionó lo siguiente: 

“Siempre ha habido una enorme participación política de las mujeres. Anteriormente, los partidos políticos postulaban muy pocas candidatas y además nos daban los distritos o municipios perdidos, los difíciles, los que no valen, los que no tienen presupuesto. La cantaleta es: pues que a ver de dónde vamos a sacar mujeres porque no hay. ¿Cómo que no hay? Hay muchísimas que trabajan en la base, que trabajan en el partido, pero no las dejan pasar. En mi partido, la mayor parte del activismo, de la promoción del voto e incluso la presencia y trabajo permanente es de mujeres. Hay muchas mujeres, pero los hombres solo quieren dejar pasar a las mujeres en tanto no representen un peligro o competencia para ellos y siempre y cuando garanticen obediencia.” (ONU-Mujeres, 2018: 47)

Existen diversos prejuicios en relación con la participación política de las mujeres. Los argumentos que se han utilizado históricamente para justificar la baja participación de las mujeres a cargos de elección popular hacen referencia a que las mujeres no quieren, no pueden o no deben participar en la política. Asimismo, se hace referencia a su falta de experiencia política, capacidad para gobernar o que el mismo electorado no está preparado para ser gobernado por una mujer.

 

¿En qué municipios ganan presidentas?

En el estudio Participación Política a Nivel Municipal en México: Proceso Electoral 2017-2018 de ONU-Mujeres México, las autoras de este artículo analizaron los obstáculos que enfrentan las mujeres que buscan ser presidentas municipales. Para ello, realizaron un estudio en métodos mixtos. En el análisis cuantitativo, se realizó una muestra aleatoria de municipio con el fin de analizar cuáles eran las probabilidades de que una candidata fuera electa en un municipio. Se encontró que la mayoría de las elecciones municipales fueron poco reñidas y que no se aprecia una brecha de género significativa entre mujeres ganadoras y ganadores. Esto quiere decir que el electorado no penaliza más a las candidatas mujeres, como argumentan los líderes partidistas. 

Por otra parte, se encontró que el 73% de las mujeres electas en presidencias municipales ganaron municipios de menos de 25 mil habitantes. En cambio, solo el 11% resultó ganadora en municipios de más de 100 mil habitantes. Estos resultados ya se habían observado y analizado en otros estudios realizados en México (Massolo, 1995; Vázquez García, 2010). Una de las explicaciones que se han proporcionado al respecto es que los partidos políticos siguen relegando a las mujeres a municipios menos importantes y marginales (Massolo, 1995). Una de las principales razones es que, a diferencia de los cargos legislativos, quienes son personas titulares a las presidencias municipales ejercen presupuesto directamente y tienen más personas a su cargo, por lo que disponen de más recursos (Tolley, 2011). Por último, se observó que existe una relación positiva entre la escolaridad promedio del municipio y la probabilidad de que gane la presidencia una candidata. 

 

¿Cuáles son los perfiles de las candidatas a presidencias municipales?

Los argumentos que utilizan los partidos políticos para inhibir la participación política de las mujeres suelen estar basados en estereotipos de género. Decir que las mujeres no quieren, no pueden o no deben participar en la política es desconocer y rechazar la trayectoria partidista y el trabajo político que históricamente han hecho las mujeres. Por ejemplo, se ha descalificado la paridad en las candidaturas argumentando –erróneamente– que han propiciado que los políticos promuevan las candidaturas de sus esposas e hijas para gobernar a través de ellas, que las candidatas no han hecho trabajo político/partidista para merecer las candidaturas, que ellas no están calificadas para contender y gobernar, o incluso que han conseguido las candidaturas a cambio de favores sexuales. 

Estas afirmaciones responden a una gran ignorancia en torno del trabajo de las mujeres en la política. Es un error asumir que el perfil de todas las candidatas es homogéneo. En el estudio anteriormente mencionado, como parte de la investigación cualitativa, se realizaron entrevistas a profundidad para conocer la carrera política y la experiencia de candidatas perdedoras y ganadoras a presidencias municipales. Con base en esta información, se identificaron cinco perfiles de candidatas a presidencias municipales:

1. Candidata experimentada

2. Candidata que busca la reelección

3. Candidata con lazos familiares con algún líder político

4. Candidata con poca experiencia política

5. Candidata testimonial

 

1. Candidata experimentada

Las candidatas experimentadas son aquellas que ya han tenido algún cargo de elección popular a nivel local o federal en el ámbito ejecutivo o legislativo, han tenido cargos políticos al interior de sus partidos políticos o han trabajado en cargos burocráticos. Estas candidatas conocen cómo funcionan las dinámicas al interior de los partidos políticos, han hecho trabajo por el partido político y tienen experiencia profesional en el ámbito político.

Para las candidatas experimentadas la paridad en las candidaturas ha representado una oportunidad invaluable, al obligar a los partidos políticos a postular candidatas. Los líderes partidistas que históricamente se habían negado a postular candidatas a presidencias municipales, ahora están obligados a hacerlo.  

 

2. Candidata que busca la reelección

Dentro de esta categoría también se encuentran las candidatas que fueron presidentas municipales en el periodo de gobierno anterior y buscan la reelección. Durante el Proceso Electoral 2017- 2018, 40% de las presidentas municipales titulares buscaron la reelección y alrededor de 41% de ellas lo consiguió (ONU Mujeres, 2019). Sin embargo, a diferencia de otras candidatas experimentadas, ellas sí suelen contar con el apoyo de su partido político. Esto implica que también tienen acceso a más recursos y cuentan con el reconocimiento en el municipio. Con base en sus testimonios, el verdadero reto es conseguir la candidatura la primera vez. Tras haber ganado una elección y tener el puesto político más importante de todo el municipio son candidatas muy atractivas para sus partidos políticos. Finalmente, es más difícil que a ellas les digan que no tienen la capacidad o la experiencia política necesaria para gobernar. 

 

 3. Candidata con lazos familiares con algún líder político

En esta categoría se encuentran las candidatas que tienen familiares que han tenido cargos políticos importantes en la región. Alrededor de un tercio de las entrevistadas reportaron tener algún familiar cercano en la política (ONU Mujeres, 2019). Una explicación del alto porcentaje de candidatas que tienen familiares en la política se debe a que pertenecer a una familia altamente politizada aumenta la probabilidad de dedicarse a la política. Esta precisión resulta relevante dado que recurrentemente a las candidatas se les desprestigia por tener vínculos familiares con políticos, ignorando su propia trayectoria y trabajo político.

En general, ser esposa o familiar de un líder político protege a las candidatas. Esta relación de parentesco permite que el proceso para acceder a una candidatura municipal no sea tan complejo, por lo que no suelen enfrentar las barreras que comúnmente enfrentan las mujeres dentro de sus partidos políticos para conseguir las candidaturas. 

 

4. Candidata con poca experiencia política

En esta categoría se encuentran las candidatas que tienen poca o nula experiencia política previa: aquellas candidatas que no han tenido algún otro cargo de elección popular, como una presidencia municipal, o una diputación local o federal. Algunas de estas candidatas han trabajado en la administración pública o han formado parte del cabildo municipal. Por lo tanto, conocen el funcionamiento del sector público y del gobierno municipal. Sin embargo, con frecuencia han realizado menos trabajo político y se enfrentan a diversos obstáculos dentro de sus partidos para acceder a candidaturas; por ejemplo, la preferencia que le dan a los candidatos. 

Hay otro grupo de candidatas que no tienen experiencia política ni presencia en el ámbito político. En algunas ocasiones, estas candidatas no buscan la candidatura; sino que son invitadas por los partidos por ser conocidas en la comunidad y tener una buena reputación.

Normalmente, estas candidatas presentaban su candidatura como candidatas ciudadanas.

 

5. Candidata testimonial

Este perfil corresponde a las candidatas postuladas por un partido en municipios donde la probabilidad de que ese partido político gane la presidencia es muy baja. Estas candidatas pueden tener poca o nula experiencia política. En la mayoría de los casos, no hay candidatas testimoniales que tengan mucha experiencia y trabajo político, porque las que sí lo tienen aspiran a participar con posibilidades reales de ganar la elección. Usualmente, las candidatas testimoniales no buscan la candidatura, sino que los partidos políticos se las ofrecen. Las mujeres con este perfil mencionan de manera recurrente que los partidos políticos les dan estas candidaturas para cumplir con la paridad y reservar los municipios con mayor población y en donde el partido es competitivo para los hombres. Una de las razones por las cuales aceptan la candidatura, a pesar de no tener posibilidades aparentes de ganar, es porque desean construir su carrera política y esto es parte del trabajo por el partido que deben hacer. 

 

¿A qué se enfrentan las precandidatas y candidatas a presidencias municipales?

Aunque el número de presidentas municipales ha ido en aumento, hay obstáculos para la participación política de las mujeres que permanecen. Estos obstáculos varían dependiendo de la etapa del proceso electoral y del perfil de la candidata. La principal fuente de violencia contra las mujeres en el ámbito político proviene de integrantes de sus propios partidos políticos durante la etapa de precampaña. Existen testimonios de precandidatas que, a pesar de tener experiencia política, son bloqueadas por los líderes de su partido, quienes priorizan las candidaturas de sus colaboradores cercanos, usualmente hombres. 

Es durante la precampaña cuando las mujeres enfrentan mayores barreras para ejercer sus derechos políticos. Esta situación resulta particularmente preocupante, ya que son sus propios partidos políticos quienes bloquean a las mujeres mediante el uso de la violencia y la discriminación (ONU Mujeres, 2019). Además, es poco común que las mujeres denuncien la violencia de género que proviene de su partido político porque denunciar implica comprometer el futuro de su carrera política. Si bien la paridad en las candidaturas ha abierto espacios para la participación política de las mujeres, persisten obstáculos cuando ellas no son el tipo de mujeres que los líderes partidistas quieren. 

En general, ser esposa o familiar de un líder político protege a las candidatas. Esta relación de parentesco permite que el proceso para acceder a una candidatura municipal sea menos violento, por lo que no suelen enfrentar las barreras que comúnmente enfrentan las mujeres dentro de sus partidos políticos para conseguir las candidaturas. Sin embargo, los principales obstáculos que ellas enfrentan provienen de los estereotipos de género que asumen a las mujeres incapaces de gobernar solas y necesitan el apoyo de un hombre. Además, ser familiar de un líder político tampoco evita la violencia que proviene de candidatos de otros partidos políticos.

Durante el periodo de campaña, tanto las candidatas como los candidatos reciben ataques de sus adversarios. Sin embargo, los ataques en contra de ellas suelen ser sexistas y misóginos, por lo que promueven la discriminación y perpetúan los estereotipos que afectan a las mujeres. Por ejemplo, las candidatas son criticadas por su apariencia física, por la manera en que se visten o cuestionadas por no dedicarse al cuidado de su familia. En ocasiones, también las descalifican al mencionar que obtuvieron la candidatura a cambio de hacer favores sexuales y no por sus méritos (ONU Mujeres, 2019). En contraste, los candidatos no reciben ataques sexistas. Por ejemplo, ellos enfrentan descalificaciones relacionadas con su trabajo previo, por tener vínculos con personas controversiales o reciben críticas a sus propuestas de campaña.

Con base en los datos, las reformas electorales sobre paridad han logrado aumentar el número de mujeres en las presidencias municipales. Sin embargo, el avance ha sido menor en relación con otros puestos de elección popular. Asimismo, aunque la legislación ha contribuido a que las mujeres sean candidatas, ellas enfrentan obstáculos adicionales para ejercer sus derechos políticos en comparación con sus compañeros. Las mujeres que deciden competir en el ámbito municipal desafiar violencia y discriminación constante. Finalmente, resulta importante destacar que, aunque la violencia en contra de las mujeres en el ámbito político que más se visibiliza es la que proviene de rivales durante el periodo de campaña, la principal fuente de violencia de género que experimentan las candidatas surge dentro de sus propios partidos políticos durante la etapa de precampaña.

 


Bibliografía

  • Massolo, Alejandra (1995). “Participación femenina en el gobierno municipal”. En Anna M. Fernández (Comp.), Las mujeres en México al final del milenio. México: El Colegio de México.
  • ONU Mujeres México. (2019). “Participación política de las mujeres a nivel municipal: proceso electoral 2017-2018”, Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres
  • Tolley, Erin (2011). “Do women ‘do better’ in municipal politics? Electoral representation across three levels of government”, Canadian Journal of Political Science, 44(3): 573–594
  • Sistema de Indicadores de Género-Inmujeres (2020). “Indicadores básicos”.
  • Vázquez García, Verónica (2010). “Mujeres y gobiernos municipales en México: lo que sabemos y lo que falta por saber”, Gestión y Política Pública, XIX (1): 111–154 

 

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