Gheorghe Stoica menciona que en la Rumania comunista de Nicolae Ceausescu las directrices del partido demandaban que toda obra cultural mencionase primero la obra del líder antes que la de Marx, Engels y Lenin. De hecho, el estudio de la obra de Marx era muy escaso durante esa época, y a partir de la caída de Ceausescu prácticamente desapareció. “[E]l olvido profundo de Ceausescu y la expiación del neoliberalismo comparten un sorprendente hecho absurdo: en ninguno de los dos periodos se lee a Marx”. [1]
Esta terrible situación no es única a Rumania; la obra de Marx suele ser mal interpretada, a lo menos, o de plano manipulada por distintos espectros políticos: desde el estalinismo que establecía su propia interpretación monolítica del marxismo hasta la mala caricaturización que hacen liberales y autores de derecha de su obra en todo el mundo con el fin de desprestigiar o suplantar al marxismo. El resultado es que todos hablen de Marx sin conocerlo, sin leer ni estudiar su obra. El ejemplo de Thomas Pikkety es sorprendente, que titula su obra más conocida, El Capital en el siglo XXI, como reminiscencia del El Capital de Marx, sin siquiera haberlo leído. (New Republic, 5/5/2014).
Habría que aclarar primero que Marx fue muy prolífico. Desde su juventud hasta su fallecimiento escribió reportajes periodísticos, correspondencia, obras, y muchos materiales aún inéditos. Dejó asentadas sus reflexiones y la evolución de su teoría. En buena medida, la falta de conocimiento de toda la obra de Marx se debe a su escasa difusión en otros idiomas, incluyendo traducciones parciales, malas o poco accesibles.
Entre todos los materiales escritos por Marx, destacan los Fundamentos de la crítica de la economía política, mejor conocidos como Grundrisse (palabra alemana que designa esbozo o planos). Estos consisten en ocho cuadernos, escritos entre 1857-1858, donde Marx trata una gran cantidad de temas —algunos retomados en El Capital (en 1867)— por lo que se suele mencionar, erradamente, que estos cuadernillos fueron solamente el borrador de su magna obra.
La difusión de los mismos fue tardía debido a la negligencia y descuido del que fueron objeto los manuscritos originales. Estos fueron publicados por completo hasta 1939, en alemán, en medio de la Segunda Guerra Mundial, por lo que fueron poco difundidos. Fue hasta su reimpresión en 1953 que comenzarían a difundirse y a traducirse gradualmente, alcanzando 22 ediciones en diferentes idiomas. Su difusión inauguró nuevas interpretaciones del marxismo, enfrentando a las existentes hasta la década de 1960, pues es el primer gran análisis de la economía política donde expuso su método crítico de estudio y la complejidad del su pensamiento. También realizó una gran variedad de análisis que no desarrolla posteriormente, pero que permiten el surgimiento de nuevas avenidas interpretativas. Un ejemplo de ellas es la de John Bellamy Foster, quien por medio de estas notas ofrece una crítica marxista al impacto ecológico generado por el capitalismo. Incluso, Negri [2] menciona que en los Grundrisse puede detectarse el núcleo dinámico del pensamiento de Marx, tanto en su lógica histórica, como en su proyecto revolucionario. Por ello, tienen un gran valor para el estudio del autor, el enriquecimiento del marxismo y de su proyecto político.
Para conmemorar el 150 aniversario de estas notas, Marcello Musto editó y compiló una serie de textos en 2008 bajo el título Los Grundrisse de Karl Marx. Fundamentos de la crítica de la economía política 150 años después, traducido al español en 2018. El libro, en su versión original en inglés, se divide en tres partes, con escritos de 31 autores de distintas nacionalidades, incluyendo un prólogo del historiador británico Eric Hobsbawm.
La parte inicial, titulada Interpretaciones críticas de los Grundrisse, consta de ocho capítulos que tratan las interpretaciones de conceptos clave desarrollados a partir de esta obra. Sobre el método de producción de los Grundrisse escribe el mismo Marcelo Musto; sobre el concepto valor escribe Christoph Lieber; Terrel Craver desarrolla una discusión sobre la alienación; sobre el plusvalor escribe Enrique Dussel; Ellen Meikisins desarrolla una discusión sobre las formas de producción precapitalistas, enfatizando que para Marx los procesos históricos no están determinados; John Bellamy Foster escribe sobre las contradicciones ecológicas del capitalismo; Iring Fetshcer desarrolla la emancipación en una sociedad comunista; y Moishe Postpone realiza una reflexión entre las similitudes y diferencias de El Capital y los Grundrisse. Así, esta primera parte muestra la gran riqueza teórica de los Grundrisse para la discusión crítica.
La segunda parte del libro es de carácter histórico. En tres capítulos, busca contextualizar los Grundrisse históricamente. Específicamente, el primer capítulo, escrita por Musto, recrea la vida de Marx en este momento. Mientras los siguientes dos capítulos escritos por Michael R. Krätke, se enfocan en su trabajo periodístico y resalta cómo la crisis económica mundial de 1857-1958, la primera de su tipo, fue el impulso clave en la escritura de los Grundrisse, pues sin la escritura de los manuscritos referente a esta crisis probablemente jamás se hubieran desarrollado los primeros.
La tercera parte trata sobre la recepción de los Grundrisse en diferentes partes del mundo. Este es un trabajo monumental y colaborativo; con 12 capítulos y 11 autores, da cuenta de todas las traducciones que se han realizado y las discusiones teóricas que se desarrollaron en distintas naciones. Esto muestra el impacto que han tenido en el mundo después de más de 100 años de su escritura: traducidos a 32 idiomas e impresos al menos medio millón de ejemplares, constituyendo una gran difusión tomando en cuenta su carácter de estudios personales de Marx. Los Grundrisse tuvieron una buena recepción en Europa en la década de 1970, como parte de las revueltas estudiantiles, mientras que en el bloque soviético no sucedió lo mismo debido a las líneas de interpretación oficial del marxismo.
La edición en español, sobre la cual trata esta reseña, tiene dos capítulos adicionales desarrollados por Musto. Resultan una gran contribución para comprender los Grundrisse, conforme la tradición del mismo Marx de agregar material adicional en las traducciones de El Capital. El primer material extra es una introducción sobre el proceso que siguió Marx para escribirlos, una adición de un texto publicado originalmente en italiano. Mientras el segundo material se trata de un texto inédito, que trata sobre la vida de Marx y el enorme esfuerzo físico y mental, debido a las penurias económicas y de salud por las que pasaba, que realizó para escribir el libro primero de El Capital.
Ahora bien, un tema fundamental que resaltar tanto de los Grundrisse como de la publicación de Musto son los lentos ritmos de su traducción y difusión en español. [3] Los primeros tardaron casi 20 años en ser traducidos al español, mientras la obra de Musto tardó diez años. De acuerdo con Pedro Ribas y Rafael Pla León (capítulo 19) la primera traducción completa de los Grundrisse fue en 1971, en Cuba, basada en la versión francesa de dos años antes que fue poco conocida fuera de la isla. Le siguió la Argentina de Siglo XXI (1971-1976) basada en la publicación alemana de 1953 y rusa de 1968-1969. Teniendo otras tres traducciones en los siguientes años (Alberto Corazón en 1972, Crítica en 1997 y Fondo de Cultura Económica en 1985). Sin embargo, no profundizan en el debate que se generó en ninguno de los países, a diferencia de la sección dedicada a Alemania y a Francia.
Esto probablemente se deba a que realmente hubo un escaso debate. Por ejemplo, en México, posterior a la década de 1970, los temas más discutidos en el marxismo en México tenían que ver con Gramsci, Althusser, la transición de México al capitalismo y la teoría de la dependencia, así como las líneas ortodoxas marxistas. [4] Destaca por ejemplo la obra de Enrique Dussel [5] por ser el primer texto en español dedicado a su estudio a detalle, así como uno de los pocos a nivel internacional.
En el caso de la obra de Musto, que originalmente fue publicada en inglés en 2008, por la editorial Routledge, la traducción llegó diez años después, gracias a la iniciativa de la Universidad Nacional de Colombia y al Fondo de Cultura Económica, aprovechando el marco de la conmemoración de los 150 años de El Capital en 2017 y los 200 años del nacimiento de Marx en 2018.
De esta última, los tiempos pueden ser tomados como un mal menor, debido a las contribuciones adicionales contenidos en la traducción al español. Sin embargo, en un momento en que tanto las posibilidades técnicas y las capacidades humanas lo permiten, así como la urgencia que hay para la renovación de marxismo en América Latina y España, y por su puesto en el mundo, es fundamental recuperar el estudio de Marx. Esto nos permitirá superar los dogmatismos y su caricaturización del marxismo, y comprender críticamente las crisis del capitalismo actual en aras de hacerle frente.
Finalmente, tomando en cuenta las grandes desigualdades económicas en la región, no es posible que todos accedan a las versiones en otros idiomas o puedan comprenderlas por la barrera del idioma. Habrá así que encontrar la manera de traducir otras obras clave al español y en ediciones accesibles. [6] La difusión del conocimiento es necesario para el avance y emancipación de la humanidad.
[1] Musto, Marcello. (ed.) (2018 [2008]). Los Grundrisse de Karl Marx. Fundamentos de la Crítica de la Economía Política 150 años después. Bogotá: Fondo de Cultura Económica (FCE), Universidad Nacional de Colombia.
[2] Negri, Antonio. (2014). “Review of Karl Marx’s Grundrisse: Foundations of the Critique of Critical Economy 150 Years Later”. Rethinking Marxism. Pags 427-433. https://doi.org/10.1080/08935696.2014.917848
[3] Una difusión y traducción rápida, si se compara con la traducción portuguesa de los Grundrisse se realizaría hasta 2011.
[4] Illiades, Carlos (2018). El marxismo en México. Una historia Intelectual. México: Taurus.
[5] Dussel, Enirque (1985). La producción teórica de Marx. Un comentario a los Grundrisse, México: S.XXI.
[6] Por citar un ejemplo, no existe una traducción completa de los Manuscritos de 1863-1865 de Marx, como asienta Carlos Herrera y Fabiola Flores (2017).